La capacidad que tienen los animales para emitir luz se llama luminiscencia, siendo las luciérnagas
unos coleópteros célebres por esta condición. Una de las finalidades de
brillar en la oscuridad es el apareo, donde machos y hembras de la
misma especie realizan señales luminosas para comunicarse. Cada especie
de luciérnaga tiene sus propios patrones o pautas para emitir luz.
Por ejemplo, las luciérnagas de una especie vuelan por el cielo nocturno y realizan bruscos descensos mientras comienzan a brillar y vuelven a ascender realizando un patrón en forma de letra J. Las hembras de luciérnaga permanecen en las ramas de los árboles o en la hierba mientras los machos vuelan a su alrededor mostrando sus mejores destellos. Cuando una hembra reconoce el brillo de un macho de su misma especie, responde con su mejor resplandor.
Otra de las razones por las cuales las luciérnagas brillan, es para evitar los depredadores. En el cuerpo de la luciérnaga existe un producto químico denominado luciferina que tiene un gusto horrible y enseña a sus enemigos a relacionar la luz de las luciérnagas, con el mal sabor. De manera que también les sirve como medio de defensa.
Poseer luciferina es tan imprescindible para las luciérnagas que si una especie no logra producir esta sustancia química, la adquiere comiéndose otras especies que sí puedan. Consiguen esto realizando la artimaña de volar cerca de otras luciérnagas mientras imitan sus rutinas fosforescentes. La luciérnaga macho no sospechará nada y creerá que ha encontrado pareja, hasta que llegue el momento de convertirse en un apetitoso bocado de luciferina para el otro espécimen.
¿Cómo consiguen brillar las luciérnagas en la oscuridad?
Las células de la parte posterior de la luciérnaga producen la enzima luciferasa o monooxigenasa, que es la que produce luz.
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